La madre de su novia no para de tirarle la caña al pobre chaval que no sabe por donde salir pues su suegra está buena pero es su suegra claro. De todas formas, la madura le pide que le ayude en la cocina y él acepta encantado. Una vez allí la zorra empieza a comerse un plátano de forma muy sugerente mientras le mira fijamente.
Comprueba si hay moros en la costa y se abalanza a sus tetas grandes para metérselas en la boca. Luego ella le chupa la polla un rato y finalmente terminan follando como bestias en la encimera de la cocina.